miércoles, 26 de mayo de 2010

La Crisis.

Rara vez continúo cadenas de mensajes, y esta no iba a ser la excepción. Pero el texto es tan bueno, que no me resisto a transcribirlo aquí. Debe ser mi vocación (oculta hasta para mí) de profesor. Gracias FPV.

Se solicitó a un prestigioso asesor financiero que explicara esta crisis de una forma sencilla, para que la gente de a pie entienda sus causas.

Este fue su relato:


Un señor se dirigió a una aldea donde nunca había estado antes y ofreció a sus habitantes 100 euros por cada burro que le vendieran.

Buena parte de la población le vendió sus animales.

Al día siguiente volvió y ofreció mejor precio, 150 por cada burrito, y otro tanto de la población vendió los suyos.

Y a continuación ofreció 300 euros y el resto de la gente vendió los últimos burros.

Al ver que no había más animales, ofreció 500 euros por cada burrito, dando a entender que los compraría a la semana siguiente, y se marchó.

Al día siguiente mandó a su ayudante con los burros que compró a la misma aldea para que ofreciera los burros a 400 euros cada uno.

Ante la posible ganancia a la semana siguiente, todos los aldeanos compraron sus burros a 400 euros, y quien no tenía el dinero lo pidió prestado. De hecho, compraron todos los burros de la comarca.

Como era de esperar, este ayudante desapareció, igual que el señor, y nunca más aparecieron.

Resultado: La aldea quedó llena de burros y endeudados.

Hasta aquí lo que contó el asesor. Veamos lo que pasó después:

Los que habían pedido prestado, al no vender los burros, no pudieron pagar el préstamo.

Quienes habían prestado dinero se quejaron al ayuntamiento diciendo que si no cobraban, se arruinarían ellos; entonces no podrían seguir prestando y se arruinaría todo el pueblo.

Para que los prestamistas no se arruinaran, el Alcalde, en vez de dar dinero a la gente del pueblo para pagar las deudas, se lo dio a los propios prestamistas. Pero estos, ya cobrada gran parte del dinero, sin embargo, no perdonaron las deudas a los del pueblo, que siguió igual de endeudado.

El Alcalde dilapidó el presupuesto del Ayuntamiento, el cual quedó también endeudado.

Entonces pide dinero a otros ayuntamientos; pero estos le dicen que no pueden ayudarle porque, como está en la ruina, no podrán cobrar después lo que le presten.

El resultado: Los listos del principio, forrados.

Los prestamistas, con sus ganancias resueltas y un montón de gente a la que seguirán cobrando lo que les prestaron más los intereses, incluso adueñándose de los ya devaluados burros con los que nunca llegarán a
cubrir toda la deuda.

Mucha gente arruinada y sin burro para toda la vida.

El Ayuntamiento igualmente arruinado.

Resultado ¿final?: Para solucionar todo esto y salvar a todo el pueblo, el Ayuntamiento bajó el sueldo a sus funcionarios.

viernes, 14 de mayo de 2010

Divas del flamenco

Lo que son las cosas. No sé si dios existe, pero sí sé que las diosas pululan entre nosotros, anónimas para la mayoría, sólo auyentadas del anonimato por las necesidades comerciales del mundo en el que quieren sobrevivir, del que necesitan alimentar sus cuerpos mundanos. Como todos. Las diosas flamencas.

Rocío Márquez, onubense, estereotipo de diva flamenca, clásica y moderna, investigadora y conocedora de su arte, le toca un francés (¡un francés!), al que le sobra compás y valentía, un chileno y un sevillano de palmeros, un cubano (a veces) en la percusión... El cielo, y el mundo, sobre el escenario que pisa. Que pisan.

María Toledo, granaína, como el palo. Lo que graba en estudio, ante la ventana de los controles de audio, le da de comer. Lo que nos da de comer a los flamencos que la escuchamos son estas grabaciones informales. Guitarra y compás. Sin antecedentes, persiguiendo los raticos en las candelas. Gloria bendita.

sábado, 8 de mayo de 2010

UHU, pegamento universal

Resulta que hace quince años que trabajo en una empresa cuyo acrónimo es UHU (Universidad de Huelva). El dominio de internet, las extensiones de los correos electrónicos y, en definitiva, todo lo que implica nombrar la empresa, obviamente, y por la ley del mínimo esfuerzo, deriva a UHU.
Mi amigo Joao llegó ayer con un regalo para mí altamente reflexivo e interesante: un bote de pegamento universal de marca UHU. He encontrado su sede en internet (porque, como sabemos, todo está en internet, y lo que no está, no existe). También he tomado una foto del regalo. La metáfora del pegamento y la Universidad no deja de ser chistosa, aunque también interesante. ¿Sirve mi empresa para pegar algo? Seguramente sí, aunque habría que pensar detenidamente y marcarse una parrafada extremadamente sesuda y larga, propia de cualquier proceso de evaluación y acreditación en que los demonios de las agencias evaluadoras nos sumergen.
Bueno, ya publicaré la foto, porque se lo prometí a Joao. Gracias, maestro de la ocurrencia.

El campo de batalla


El Barça se estrelló contra el autobús italiano, aparcado perfectamente bajo la portería que defendía. Pero nosotros cumplimos con nuestro deber, bebiéndonos y comiéndonos todo aquello bebible y comestible (a ratos, porque era comida del chino de la esquina). Esta es una foto del campo de batalla al final del tercer tiempo.
Al comedor profesional de aceitunas le funcionaron los frenos, y al bebedor profesional de Habana Tres también (aunque menos).
Lo peor, que nos quedamos sin excusa para las siguientes, porque el Barça se apeó de la competición. Ya se nos ocurrirá algo.

Record Guinness


Mis amigos dicen que ya iba siendo hora de que fabricasen un casco de mi talla. La Facultad de Ciencias del Trabajo de la Universidad de Huelva ha batido el record Guinness (o como se escriba) en cuanto al casco más grande del mundo, y he aprovechado la ocasión para pedirle al Decano que haga las gestiones oportunas para vendérmelo, ya que tengo problemas de seguridad cuando accedo a las obras. Agustín (el Decano) no se creía que ya había estado probándome el casco, porque claro, seguro que me piden una pasta y estamos en crisis. Aquí está la prueba.