domingo, 16 de octubre de 2011

Grandes acontecimientos

Hoy la crisis me importa menos. La ineptitud, la cobardía y la poca vergüenza de nuestros políticos frente a la banca, está de capa caída como problema fundamental de la humana clase media (y baja).
Mi hija Carmen ya sabe montar en bici sin ruedines. Y eso, para un ciclista-padre, es una alegría que no podía imaginar.
Es casi mágico ver cómo su rodar errático, apoyado en mi mano bajo el sillín, se va transformando en trayectorias rectas y verticalidad sobre la bicicleta. Cómo va descubriendo la utilidad del manillar, y que no necesariamente tiene que ir a parar al suelo cuando utiliza el freno.
En apenas 200 metros, dirigía la bicicleta hacia los lados, y en apenas 400 pude soltar su sillín y dejar que rodase por sí misma durante otros 50. Maravilloso.
Como extra, me ha hecho descubrir un nuevo formato de entrenamiento deportivo, que espero disfrutar a menudo. Se trata de correr junto a la bici de Carmen, siguiendo de cerca sus bruscos cambios de trayectoria para recuperar el equilibrio, sus cambios de ritmo... Muy interesante.