Sí, ya sé que el título podría haberse obviado, por sabido lo que implica. No obstante, yo mismo me sorprendo del lote de currar que me estoy pegando. Sin familia, niñas, horarios, rutinas... me descubro a mí mismo en el placer de trabajar tranquilo durante horas y horas. Es decir, esto tiene que cambiar.
Me he propuesto hacer más vida social. Esto es relativamente fácil, en este país de supuestos siesos, mentira cochina. La familia ha venido a pasar unos días, y vamos a hacer vida familiar, turística a ratos, de descanso a otros (no es lo mismo; a veces es opuesto). Bueno, pongo algunas fotos, que siempre es lo que más gusta a mi decena de lectores/as.
En mi ruta habitual entre el Instituto y casa, encuentro esta otra y hoy me he parado a echarle una foto. Y ahora que lo pienso, la foto es de la cubierta, no de la casa. Tremendo.
Fachada de una de las instalaciones del
Instituto Asia - Europa de la Uni-HD, en el extremo de la ciudad antigua, justo debajo del castillo. Una gozada echar un día de trabajo allí. Thank you so much to Prof. William Sax for accepting me in my particular conditions.
El jardín trasero del edificio anterior.
De vuelta, algunas fotos del puente nuevo (le dicen nuevo, pero es del siglo XVII), en un día espléndido.
Esquina de las antiguas caballerizas
Más artilugios. Tándem que podría considerarse una antigüedad.
Dear partners, Johannes and Lukas. Fighting with strange milk, followed by less-strange distilled substances. Thank you for these good times.
La puerta principal de la ciudad... hace tres o cuatrocientos años.
Uno de los antiguos bares fundados y frecuentados por los primeros jipis alemanes, en los años sesenta. Aún se observan algunos de ellos leyendo el periódico a la una de la noche al final de la barra; y algún que otro personaje, deambulante profesional al parecer.