A los que nos gustan de verdad las motos, cosas así nos obligan a sacar la cámara y a desesperar al / a la que viene con nosotros. Un carburador, un cilindro y un sistema de engranajes. Se acabó. Ni más ni menos. Obsérvese el impoluto estado de conservación, consecuencia de un trabajo de rehabilitación absolutamente perfecto. No sé si la foto permite un buen nivel de detalle.
El personal tunea su medio de transporte. En relación con la foto anterior y con la entrada anterior, sobre cacharros raros.
Son las pistas del club de tenis de enfrente de mi casa. Leí en alguna parte que era el club donde se crió y aprendió a jugar el gran Boris Becker, rey histórico de la tierra batida hasta que Rafael Nadal le dijo echatepallá. He intentado que me pongan un café, pero me temo que el turco que estaba detrás de la barra no se ha enterado (ni yo me he explicado). Por dentro el "club social" no merecía la pena, pero las pistas, perfectas. 19 en total; las descubiertas. Había un par de naves grandes, con tejados cubiertos (como es habitual aquí) por placas fotovoltaicas, que supongo albergarán otras cuatro (aprox.).
Pues sí, aquéllo estaba lleno de fotos del mito local. De chiquillo, de zagal, de muchacho, de mayor y de muy mayor. Aquí el testigo, que viene a señalar las personalidades de este deporte que han salido de este club.
Hoy, después de una larguísima sentada, me he pegado una de esas evasiones que le dan aire hasta a un zepelín. Típico tunel de vegetación por estos caminos de dios por los que me explayo.
Suele haber señalización de las rutas principales. Además de los senderos, que casi desaparecen entre la vegetación, y si te aventuras en ellos sales con arañazos de zarzas y otras plantas espinosas por todas partes. "Para atrás, ni para coger impulso".
Esto me recuerda a Escocia, bosques parecidos, de los que cierran por arriba, usados de forma sostenible
De vez en cuando se encuentra uno este tipo de refugios, generalmente cerca de un claro en el bosque, con mesas "tipo merendero", para entendernos, dentro y fuera. En pleno invierno centro europeo, con un temporal de perros, avistar una caseta de estas debe ser lo mismo que ver tierra después de un mes de travesía oceánica.
Antiguos indicadores de tráfico humano por estos carriles.
Pues de buenas a primeras se acaba el bosque (lo he atravesado de oeste a este y llego a la civilización. Paisajes bucólicos, uno detrás de otro.
La materia prima con la que se fabrica la sangre de Alemania.
Esto es trigo. Panadería y bollería espectaculares, por cierto. Y relativamente baratas, teniendo en cuenta que pagas 1,5 - 2e por un bollo cojonudo, de estos con pasas, semillas... Y que si te lo comes a las 19hs ya no cenas.
Campiña de desniveles suaves; siempre que no lleves ya 8 ó 10 km en las piernas, claro.
De vuelta al bosque. En la foto no se aprecia (los teléfonos de hoy en día sacan luz de donde no la hay), pero esto estaba totalmente oscuro. Si vas corriendo, tienes que parar un poco para que se acostumbre la vista, porque puedes pisar cualquier cosa e ir a parar al suelo. Tampoco pasa nada, porque hay un colchón de hojas, hierba y maleza que es más mullido que el puñetero sillón en el que estoy sentado ahora mismo.
Caracoles XL. Claro, la comida no les falta.
Otro refugio.
¿A que parece un palo? Creo que esa es la idea.
Estos artilugios está por todas partes. Como puede deducirse, sirven para subirse y observar la naturaleza y los bichos.
Una bollería en el centro de mi pueblo. Dale al zoom y observa los detalles de la fachada.
Donde veo los partidos, alias "La Peña". Ambientazo local, comunicación por lengua de signos, entendimiento sin problemas. Cerveza, gol, hijoputa, falta... y pocas palabras más constituyen el vocabulario de este lenguaje internacional. He comprobado que, con fútbol en pantalla grande por delante, todos los seres humanos hablamos el mismo idioma: polacos, chinos, austríacos, alemanes, turcos, italianos, franceses, griegos, colombianos, rusos y españoles; así que yo me acuerde de pronto.
Y no sé por qué coño mi teléfono ha dejado de grabar sonido. Lo voy a mirar. En fin, este es el tranquilo ambiente al principio del Alemania - Grecia de cuartos. Claro, media hora después ya no se oía el sonido del televisor. En fin, igual que en cualquier bar español.