lunes, 25 de octubre de 2010

Una dosis de Cádiz

Este fin de semana andé por tierras del arte. El sábado fui engañado por un track que me bajé del wikiloc, que hablaba de "btt", cuando realmente quería decir "bicicleta de carretera", porque eran 60km por carretera; muy bonitas, como todas las de la Sierra de Cádiz, pero carreteras al fin y al cabo. No vi ni un solo resquicio de valla por el que colarme, escapar del asfalto para alcanzar ese magnífico monte, exuberante de fauna y flora. Desde ganadería brava y menos brava, hasta conejos, perdices, meloncillos y buitres leonados, que me sobrevolaron a unos treinta metros, intuyendo mi deplorable estado físico tras el repecho más fuerte. Dejo pendiente informarme de otros tracks que atraviesen estas sierras, porque para alguien campero como yo, tanto asfalto deja un sabor agridulce. Informaré convenientemente o, como diría alguien más duro, "Volveré".

El día siguiente, familiar, me alimenté de ese ambiente tan especial de la ciudad de Cádiz, donde late el corazón de Andalucía. La semana, así, la empieza cualquiera.

Esculturas originales de Rodin en Calle Ancha. Esta, mi favorita.

viernes, 15 de octubre de 2010

Intercambio cultural

Si tú me enseñas este vino, yo te hago un pollo al curry. Vale, pero este otro vino también hay que probarlo. Bueno, nos sacrificaremos. Todo por el conocimiento de la cultura ibérica. Uf, empiezo a verte desenfocado.

martes, 5 de octubre de 2010

No es tan difícil

Tengo días de optimismo exacerbado. Este fin de semana ha sido de esos.
Con la moto por la frontera, descubro estas salinas, que seguro se enclavan en un paraje que no ha cambiado de uso en los últimos dos o tres siglos (como mínimo). Una actividad económica sostenible, de bajo (o nulo) impacto ambiental, y seguro que incrementando su valor al mismo tiempo que la sublimación del gusto en los restaurantes donde se pudiera vender una "flor de sal" a precio de azafrán persa.


domingo, 3 de octubre de 2010

Dom Petisco

Hace tiempo que Jose Augusto me enseñó este sitio, de vuelta de una pasieo cicloturista en Odeleite. En él hidratamos, con café y amarguinhas consecutivas, tras una visita ciclista a donde se fabrica el calor de junio en esta tierra.
Pues salvo el servicio, que suele ser tardón, la calidad de a brás (frango y pescado) es inmejorable. El precio, pudiendo ser más bajo, tampoco es para quejarse. Y el sitio... foz do Guadiana, el Río Rey, encantador, relajante, ideal para sobremesas del coño ("¡coño, las 7 de la tarde!"). Ojo, no ir los meses de verano, salvo entre semana y temprano.