Este fin de semana andé por tierras del arte. El sábado fui engañado por un track que me bajé del wikiloc, que hablaba de "btt", cuando realmente quería decir "bicicleta de carretera",
porque eran 60km por carretera; muy bonitas, como todas las de la Sierra de Cádiz, pero carreteras al fin y al cabo. No vi ni un solo resquicio de valla por el que colarme, escapar del asfalto para alcanzar ese magnífico monte, exuberante de fauna y flora. Desde ganadería brava y menos brava, hasta conejos, perdices, meloncillos y buitres leonados, que me sobrevolaron a unos treinta metros, intuyendo mi deplorable estado físico tras el repecho más fuerte. Dejo pendiente informarme de otros tracks que atraviesen estas sierras, porque para alguien campero como yo, tanto asfalto deja un sabor agridulce. Informaré convenientemente o, como diría alguien más duro, "Volveré".
El día siguiente, familiar, me alimenté de ese ambiente tan especial de la ciudad de Cádiz, donde late el corazón de Andalucía. La semana, así, la empieza cualquiera.
Esculturas originales de Rodin en Calle Ancha. Esta, mi favorita.