domingo, 10 de enero de 2010

El monstruo de las galletas ya tiene sucesor(a)

Mi hija, la chica, me sorprendió por décima vez en lo que iba de día, ayer, sobre las 10 de la mañana. Mis amigos me conocen como el devorador de galletas o magdalenas a horas intempestivas, e.g., las cinco de la mañana, a la vuelta de las antiguas largas noches de calle. Y me otorgaron en su día el título honorífico del "monstruo de las galletas", por ser capaz de superar sucesivamente el record guinness en dicho campo.
Parece ser que esta habilidad, tan inútil como otra cualquiera, ha sido heredada por mi hija, la chica. Se sentó conmigo mientras cumplía con mi deber diario de comerme, al menos, medio paquete de galletas maría, de las normales (nada de "doradas", "al horno", "troqueladas", "trituradas", "nuevas" ni ninguna otra gaita posmoderna por el estilo) mojadas en leche, esta vez a la hora normal de un padre de familia normal (creo). La niña trincaba galletas a un ritmo absolutamente desproporcionado con su tamaño, que apenas supera al de las galletas. Entre los dos cubrimos el expediente del paquete completo.
Seguiré informando sobre esta nueva habilidad descubierta en mi retoño más revoltoso.

4 comentarios:

  1. Coño, a ver si eso de las galletas va ser grave y lo tiene que mirar el pediatra. En tu caso, me refiero, en la niña es bastante normal. A mí también me molan las María clásicas pero ¿habéis probado las Gullón? Están de muerte!

    triki

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  2. Las Gullón no las compro porque me ha dicho Rouco Varela que podrían ser pescado mortal; aunque por otra parte no entiendo cómo se pueden hacer galletas con pescado.

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  3. qué bueno tío! cómo me he reido. Si vieras a mi hijo que no levanta un palmo del suelo como se trinca los bollos de pan, alucinarías!!!

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  4. Haz como yo. Inscríbelo en el Guinness, que el mercado laboral no está muy abierto y no se sabe. Igual se ganan la vida batiendo records.

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