domingo, 1 de agosto de 2010

Edimburgo, dias 2 y 3


El Imperio Británico optó, en su día, por conducir por la izquierda y por enchufar las cosas a la pared de una forma, obviamente, diferente; olvidé este detalle y hemos estado dos días sin poder usar los diversos gadgets que hemos traído a la aventura familiar, entre ellos el netbook, el secador de pelo (no para mí, que me lo seco al viento nórdico), el cargador del teléfono (mi magnífico cacharro ha estado en tres países diferentes con la misma carga de batería) y otros, que seguro ahora no recuerdo.
Ayer pasamos el día vagando por la Royal Mile y Princess Street, bordeando Calton Hill y, en general, turisteando. Adquirimos diversas viandas para casa a precio de oro puro en el Mark and Spencer, pero aún así más baratas que en los delhis que pueden encontrarse en turista-land. Los supermercados populares, como hemos comprobado hoy se encuentran a un par de prudentes millas de la zona cero turística. Igual que los mapas. Si quieres un mapa decente de la ciudad, o de carreteras o cualquier otro, tienes que pagarlo. En otros sitios te vienen por detrás de cualquier información turística o comercial. Estos parecen catalanes, más que escoceses: el negocio es el negocio. También en el centro son más caros, porque sólo se encuentran en las innumerables tiendas de souvenirs, con la incansable música para turistas, generalmente de gaitas horrorosamente acompañadas por los beats de mesas de mezclas.
Espectacular el ambiente del festival. "Artistas" y artistas callejeros por toda la milla. Los gaiteros locales me emocionan. El tono de fondo, constante y potente, proporciona una gran fuerza a la melodía. Suena étnico, y esto siempre me emociona. La étnica es música de ancestros. Subiendo hacia el castillo vi a un chaval de unos 14 años, sobre un hito de un metro de altura, de pie en una superficie de una rebanada de pan de molde, tocando su violín. Tres horas después, al bajar, allí estaba, con la misma sonrisa y gusto, tocando.
Ayer nos metimos en la Cámara Oscura, junto al Castillo, al final (o principio, según se mire) de la milla. Merece la pena. Se echa un buen rato, en familia e incluso sin ella, que también se echaría. Muestra todo tipo de efectos visuales, de la imagen, clásicos, como juegos de espejos, hologramas, etc., algunos de los cuales los hijos de la EGB y el BUP hemos conocido en las prácticas de ciencias naturales o de física (no sé cómo va el tema ahora en... como se llame lo que se haga ahora por esas edades). La atracción estrella es una cámara oscura, como podría ser el interior de una máquina de hacer fotos, pero grande, donde caben 15 ó 20 personas, sentadas alrededor de una especie de mesa circular cóncava, En ella se proyecta la imagen recogida por un periscopio que sale al exterior por la parte más elevada del tejado de la torre, a modo de objetivo de la cámara fotográfica. Muestra una vista de la ciudad y sus aledaños de 360º en tiempo real. O sea, que muestra las imágenes del periscopio conforme se están desarrollando fuera. Muy bonito.
Hoy hemos pasado el día en el zoo. Nada del otro mundo, pero las niñas se lo han pasado pipa, que era la idea. Lo mejor, las magníficas vistas desde top of the hill hacia el norte.
Antes de llegar a casa me he puesto a catar un par de elixires de esta tierra, cuyo formato de whisky me atrae sobremanera. He probado uno que se llama Bowmore, no recuerdo el origen (va por regiones de Escocia), que me lo he apuntado para pagar a plazos la botella. Si la encuentro, porque no me la voy a llevar de aquí (Ryanair me cobraría seis o siete veces su precio en algún tipo de tasa; seguro).
Algunas fotos de estos dos días:

Así es esta ciudad. Contemporánea y antigua. Aunque el museo este estaría mejor lejos de Calton Hill y de la Old Town.


En un juego de espejos.

Desde la azotea de la Camera Obscura.
Desde la azotea de la Camera Obscura.

Subiendo por Canongate hacia High Street.

Cruzando North Bridge, justo antes de llovernos encima.
Domingo de paseo en Princess Gardens.

Skyline de la Old Town, desde North Bridge hacia el oeste.

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