jueves, 19 de agosto de 2010
Fort William, día 1.
Desayuno tempranero para salir también con tiempo, parar y eso; considerando que las niñas se cansaran y demás. Hasta mitad del lago Ness conocíamos la carretera. Hoy mejor. Menos tráfico, con lo que da más opción a fijarse en los paisajes, que se suceden sin pausa, peleando por ser este más bonito que el anterior. Desde Fortrose hasta Fort Willian existe la posibilidad de acceder a bordo de embarcación, pues los sucesivos lagos y ríos se conectan a través de canales, los cuales disponen de sistemas de exclusas para elevar o descender los barcos, según proceda. Hemos llegado con tiempo, justo a la hora de comer. El apartamento está de maravilla, justo al lado de las exclusas del Caledonian Canal, que dan a la vera de Fort William, en Benavie. Tras sestear sin dormir, paramos en un castillo junto al canal, ruinas bien conservadas, como decía ayer, o el otro día, en un entorno marvilloso. Un reconocimiento general de Fort William y unas compras de supervivencia nos llevaron a la ducha y las piernas en alto.
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